La voz resonó en cada rincón de la base: suave, cálida, pero llena de un dolor palpable. **Mother Earth 1**, la entidad que representaba la esencia viva del planeta Tierra, se manifestó frente a los héroes. Su figura, luminosa y etérea, parecía temblar con cada palabra.
—Mis hijos... el tiempo se agota. Mi corazón late débil, mi piel está herida y mi alma, atormentada. Vosotros sois mi última esperanza.
**Superdavitm**, al escuchar esas palabras, dio un paso al frente.
—Estamos aquí para ayudarte. Dinos qué debemos hacer.
Mother Earth 1 levantó una mano, mostrando un mapa holográfico del planeta. Cada grieta, cada herida dimensional, parpadeaba como una luz roja que amenazaba con consumirse.
—Las grietas son heridas abiertas en mi ser. Cada una de ellas debe ser cerrada, pero eso solo calmará mi fiebre temporalmente. Lo que realmente necesito es que me libren de la influencia del **Vampiro Psíquico**.
**Victoria**, observando los datos, intervino.
—Sus conexiones están profundamente arraigadas. Necesitamos un plan para desconectarlo del núcleo sin desestabilizar las dimensiones.
Mother Earth 1 asintió, sus ojos brillando con esperanza.
—La clave está en la cooperación. Cada uno de vosotros tiene un papel único. Pero recordad: la verdadera batalla no es solo contra él, sino contra lo que representa.
El silencio cayó sobre la sala mientras cada héroe absorbía el peso de esas palabras. **Juana de Arco**, con el estandarte en mano, rompió el silencio.
—Lucharemos con todo lo que tenemos. Por ti, por nosotros, por todos.
**El Bailaor Enmascarao**, con una sonrisa confiada, añadió.
—Y bailaremos sobre las ruinas de su maldad.