En lo más profundo de la base oscura del Vampiro Psíquico, se encontraba el núcleo de su poder. Era un lugar de energía pulsante, una amalgama de sombras y luces que parpadeaban con intensidad inquietante. En el centro, el Vampiro Psíquico estaba concentrado, rodeado por un círculo de esferas brillantes que reflejaban las dimensiones conectadas.
—Todo va según lo planeado —murmuró, mientras su mirada atravesaba las grietas que persistían en el multiverso—. Pronto, todo será mío.
Mientras tanto, en la base de los héroes, **Superdavitm** y **Victoria** discutían las estrategias necesarias para neutralizar su poder.
—No podemos permitir que controle las dimensiones más débiles —dijo Victoria, señalando las zonas críticas en el holograma—. Si conecta estas grietas con su núcleo, el multiverso colapsará.
**Superdavitm**, con el ceño fruncido, respondió:
—Eso significa que necesitamos atacar por dos frentes: uno para contener las grietas y otro para confrontarlo directamente.
**Juana de Arco**, que había estado escuchando, se adelantó.
—Entonces yo lideraré el frente contra las grietas. Con la luz de mi estandarte, podemos cerrar esas heridas.
**El Bailaor Enmascarao**, con su característica confianza, añadió:
—Y yo iré contigo. No hay mejor distracción para la oscuridad que un poco de ritmo.
**Victoria**, asintiendo, completó el plan.
—Mientras tanto, Superdavitm liderará el ataque al núcleo. Este será el enfrentamiento más difícil, pero confío en que tienes lo que se necesita.
Con el equipo dividido y las estrategias claras, los héroes se prepararon para lo que sería la misión más peligrosa de sus vidas.